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Sufrimiento útil e inútil

" Dios no castiga a los verdugos ni premia a las victimas que soportan su frustración y sufrimiento injustos con abnegación y resignación."

Entrar en el sufrimiento psicológico es caer en un pozo sin fondo de la parálisis, el victimismo y la amargura, del cual debemos luchar para poder salir, pero para ello debemos estar concientes que no habrá nadie más que nosotros mismos que nos pueda ayudar en este proceso.


"Todos tenemos derecho a caer, desde luego, pero también a salir fortalecidos de lo ocurrido. "


Existen dos clases de sufrimiento, el útil y el inútil. Se consideran como útiles aquellos actos, comprensiones o emociones que sirven para activar nuestra relación con los centros emocional y mental superiores en una primera etapa, completar dichos centros después y por último construir el Alma.


El sufrimiento útil forma parte del choque consciente en el aspecto emocional y nos permite construir las conexiones con los centros superiores y mover el centro de gravedad de nuestro ser hacia la parte espiritual en cambio del centro sexual que es el núcleo del cuerpo astral.


Al principio el sufrimiento útil, llamado por Gurdjieff:”Sufrimiento intencional” que vendría siendo el dolor del desapego del centro sexual que es transitorio y es sustituido por el placer de las emociones conscientes y de la comprensión que desarrolla los centros superiores primero y el alma después. Por ello no debe temerse a este sufrimiento liberador que nos produce la verdadera y única evolución.


Según Walter Riso el sufrimiento útil es aquel que beneficia a ti y a los otros. Positivizando la peor experiencia podemos encontrar claves de paz y armonía contigo y con los otros.


Mientras que el sufrimiento inútil es aquel que se genera cuando nos centramos solamente en nuestros sentimientos negativos ("por que me ha pasado esto","cómo lo voy a poder superar","que es lo que hice mal"...), lo que hace que andemos dándole vueltas a las cosas sin llegar a ninguna solución. Enfocamos nuestra atención en el problema, en vez de en la solución.



La negación es esa pared que hará del sufrimiento un estado eterno



Mayormente el sufrimiento inútil es reacción de algún fracaso, pero caer en la negación no te permitirá manejar la situación de una manera constructiva y coherente, ni tampoco ayudará a controlar las consecuencia de dicho fracaso, todo lo contrario podría generar un circulo enfermizo.


Es por ello que, si has fracasado admite tu error, o las coas no va bien en tu entorno, reconócelo y evita un sufrimiento ese innecesario. No niegues lo que ha sucedido porque eso solo servirá para atrasar la sanación emocional.


Identifica estas partes buenas de tu yo interno que te conviven, porque el observador es la clave para la curación ya que te ayudará a comprender qué ocurre (no solo a tu alrededor sino también en tu interior). Por tanto, obsérvate, deja que las emociones fluyan y pregúntate qué puedes hacer para sentirte mejor, para dejar de sufrir.


La respuesta está en ti, pero...

¿Qué puedes hacer para no sufrir inútilmente?


Aunque se difícil o casi imposible no sufrir ante determinados hechos: muerte de un ser querido, enfermedades graves, accidentes, “situaciones límite”, catástrofes naturales, ¡lo sé!!, los psiquiatras y terapeutas recomiendan que debemos controlar nuestros pensamientos y evitar :

  • Darle vueltas a un hecho que ya ha pasado.

  • No aceptar lo inevitable.

  • Complicarnos la vida inútilmente.

  • Expresar todo lo que pensamos.

  • Creer que siempre estamos en posesión de la verdad.

  • Quien siempre cree estar en posesión de la verdad demuestra una ignorancia suprema, y una arrogancia intolerable.

  • Echar la culpa de lo que nos pasa a quienes nos rodean.

  • Querer arreglar las cosas efectuando cambios drásticos en nuestra vida.

  • Vivir las contrariedades y los imprevistos como tragedias.

  • Pensar que “lo nuestro” no tiene solución.

  • Dejarnos contagiar por el pesimismo reinante.

  • Agotarnos física y mentalmente. Pretender llegar a todos los sitios.

  • No ser conscientes de nuestros límites.

Debemos más bien:

  • Creer en nosotros mismos.

  • Intentar “sentirnos bien” cada día.

  • Ser conscientes de que la felicidad está en nuestras manos.

  • Seguir confiando en nosotros en los momentos difíciles y convertir las crisis en nuevas oportunidades.

  • Coger distancia para ser objetivos y aprender a observar y actuar de forma racional.

  • Convertir cada día en un nuevo aprendizaje.

  • Ante la irritación, autocontrol.

  • No insistir en los errores de siempre.

  • Aprender a ser realistas. Conocer nuestras posibilidades y nuestras debilidades.

  • Premiarnos de vez en cuando, y siempre que nos encontremos en baja forma.

  • Aceptar que no somos dioses. (No podemos arreglarlo o controlarlo todo).

  • Utilizar el sentido común.

  • Fomentar el sentido del humor.

  • Asumir que estamos aquí para aprender a ser felices, no para sufrir.

Recomiendo leer el siguiente libro:


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